miércoles, 23 de enero de 2013
" No llores y levántate tú solita".
Mi madre me enseñó que en la vida había que ser fuerte. Cuando me caía
en el parque porque aún no tenía mucho equilibrio podía escucharla
decir: " No llores y levántate tú solita". Y a mí se me caía el mundo
encima de que mi madre, en vez de ayudarme a levantarme, me dijese eso.
Pero día tras día no solo me levantaba yo sola y sin llorar, si no, que
ya no me caía. Y así fue como dejé de caerme en el parque y empecé a
caerme en la vida. Problemas típicos de una niña pequeña. Problemas
típicos de una niña más mayor. Problemas típicos de una adolescente. Y
ahora también lloro, porque también me caigo. Pero siempre he tenido a
mi madre, que no me abraza, solo me dice: "No llores, y levántate como
has hecho siempre" Y eso es lo que hago. Levantarme, levantarme una y
mil veces, y no llorar. Bajo ningún concepto: NO LLORAR. Porque ella me
lo enseñó. Quizá algunos prefieran un abrazo. Pero yo el abrazo se lo
doy hoy, diciéndola: "Gracias mamá, me has enseñado a ser fuerte, hoy
nadie puede conmigo, pero yo puedo con todo ''
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario