lunes, 13 de mayo de 2013
El amor no responde a razones.
-Creces, experimentas, aprendes, crees
saber cómo funcionan las cosas, estás convencido de haber encontrado
la clave que te permitirá entender y enfrentarte a todo. Pero después,
cuando menos te lo esperas, cuando el equilibrio parece perfecto,
cuando crees haber dado todas las respuestas o, al menos, la mayor
parte de ellas, surge una nueva adivinanza. Y no sabes qué responder.
Te pilla por sorpresa. Lo único que consigues entender es que el amor
no te pertenece, que es ese mágico momento en que dos personas deciden a
la vez vivir, saborear a fondo las cosas, soñando, cantando en el
alma, sintiéndose ligeras y únicas. Sin posibilidad de razonar
demasiado. Hasta que ambas lo deseen. Hasta que una de las dos se
marche. Y no habrá manera, hechos o palabras que puedan hacer entrar en
razón al otro. Porque el amor no responde a razones...
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